No sabes el momento, ni el lugar, ni si estas preparado o no.
Quizás no tengas que estarlo necesariamente, pues es algo para lo que no
nacemos con instrucciones. Sin embargo,
te inundan las dudas, te llenas de ilusión pero a la vez te preparas por si las
moscas..
Dejas que tu corazón mande en ti, sabes que quizás eso no
sea lo correcto pero que más da, son esas sensaciones que te provoca, esa
especie de ´´magia´´ que te envuelve y con la cual te sientes a gusto. Lo
intentas, no miras atrás, sólo crees en
lo que sientes en ese momento. Y es así cuando ocurre, has entrado ya en ese
mundo en el cual tu cabeza, tu otro yo ( ese que siempre evita arriesgar) , y
tu miedo se enfrentaron con la esperanza, la nueva ilusión, con el brillo de tu
mirada, y con esa sonrisa que sale de tu cara de manera espontánea. ¿Preparada?,
quién y cuando tenía que decirlo, ¿es que existe una especie de anuncio que te
lo indica?. Algunos pueden pensar que eres poco conciente, o que arriesgas
demasiado. Pero, que sabrán ellos, si tengo esa oportunidad frente a mi, por
qué no abrazarla. Es tu felicidad.
Por primera vez te das cuenta que ahora eres tu la que
decide, sin estar subordinada a la opinión de los que te rodean.
Todo empieza, vives esos momentos, los disfrutas. Ahora ya
no estas sola, miras a tu lado y esta él.
Cogiéndote de la mano, mostrándote ese camino que tanto
esperabas. Lo miras, y su sonrisa te hace pensar: Eras tú.
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