Y sé que a más de uno le molesta que llore, pero es eso o
sentir este horrible nudo en la garganta.
Se acaba sí, todo tiene su fin. Y aquí estoy yo escribiendo
mis últimas palabras haciendo un balance de todos estos momentos. Simplemente
resulta paradójico y frustrante ver que esta vida mía está al borde del
precipicio y que , como ya lo había mencionado, no queda absolutamente nada de
quien era yo.
Nunca imaginé sentirme así, es una de las peores sensaciones.
Sentir que todo lo has hecho mal, que cada paso que diste fue erróneo, que cada
palabra dicha se quedó en el olvido, que tú misma provocaste la pérdida de
aquello que te definía. Te sientes como
en una caja encerrada sin poder encontrar la salida.
Algo falló durante el camino, y sin darme cuenta continúe,
continúe pensando que era la misma, la misma de la cual ellos se sentían
orgullosos, la misma que un día logró sus propósitos, la misma que una noche en
el lugar más insospechado enamoró al
ermitaño incrédulo.
Antes lo que más temía era perderlos y ahora sólo me doy
cuenta que ellos siempre han estado ahí, que fui yo quien se perdió y que
quizás todavía quieran encontrarme .Pero para eso, quiero, debo y sé que puedo
dejar aún lado mis miedos, resurgir de mis cenizas encontrar esa chica que provocaba
sonrisas.
No será fácil, será sencillo solo es cuestión de no ahogarme
en los vasos de agua, mejor bebérmelos.
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